Dime que el tiempo no borrará
la esquina latente del corazón donde me guardas.
Dime
que no vaciará el diminuto espacio,
inmenso
que guardamos antes de besarnos,
cuando tu respiración acaricia mis labios
y te cubro con un beso.

Dime que tu mano notará mi mano
cuando pasee esas calles nuevas,
y que sentirás mi abrazo en ese banco al caer la tarde.

Dime…
y así podré morir en tu ausencia
y vivir en tus palabras.

2 comentarios:

gaia56 dijo...

Que poema tan precioso...
enhorabuena

Los dos últimops versos son rotundos...

Mariadolcas dijo...

En "la palabra olvidada" buscaré con frecuencia una respuesta. Tenla siempre preparada.
sí, tu poema es genial y los dos últimos versos totales.